Joyería para arquitectura. Redes de luz y movimiento en el aire
La instalación se presenta como un torrente suspendido que desciende por la escalera central del museo, transformando la solidez del mármol en un espacio de movimiento, vibración y luz.
Genta construye una estructura compuesta por varillas y fragmentos metálicos que se entrelazan en una trama orgánica y cambiante. Al recorrer el vacío arquitectónico, la instalación activa al edificio, lo atraviesa y lo habita, generando un diálogo directo entre materia, espacio y percepción. Lo que en apariencia es frágil se revela como una fuerza que reorganiza el entorno.
Cada destello de luz y cada reflejo mínimo aporta a una lectura ambigua y abierta:
¿Se trata de una raíz? ¿De un río? ¿De un enjambre suspendido? ¿O de una red digital que pulsa en el aire?
La obra oscila entre lo natural y lo tecnológico, invitando a reconsiderar cómo se construyen nuestras percepciones del movimiento, la ligereza y la forma.
Estas “joyas para edificios”, como las denomina el artista, funcionan como intervenciones que revitalizan la arquitectura, aportando dinamismo a la quietud de la piedra y haciendo vibrar el espacio de un modo inesperado.
