El museo MAPI inauguró el sábado 18 de mayo a las 12:00h la instalación de la artista uruguaya Manuela Aldabe Toribio “En ella estamos todas” en el marco del mes de la memoria, en una obra que utilizó la tierra de la fosa de la primera desaparecida mujer hallada en Uruguay y que precedió a la “Marcha de la memoria” que se llevó a cabo el 20 de mayo.

Hacer arte podría haber estado vinculado a transplantar, a traducir, a interpretar, a encarnar, a la implantación ontológica, a traer a la realidad algo nuevo: un proyecto artístico como un laboratorio donde las disciplinas se interconectaron para ofrecer simbiosis y generar una hipótesis. Una simbiogénesis de botánica, arte, antropología, tecnología, trabajo en comunidad, y todo lo que planteó deconstruir la episteme de la matriz colonialista.

Las muertes injustas merodearon en nuestro imaginario y ahí es donde la artista prendió un foco que señaló las violencias sistemáticas. La represión de la dictadura militar (1973 -1984) estuvo plagada de persecución, tortura, muerte y desaparición, que en el caso de las mujeres en su gran mayoría, se vio agravada por la violencia de la tortura sexual.

Los restos de la mujer hallada en el Batallón de Infantería 14, en Toledo el 6 de junio de 2023, a diferencia de los cinco detenidos desaparecidos hallados previamente, aparecieron sin ropa, de espaldas, deshechos. Aldabe hizo visible la violencia sistémica contra los cuerpos de las mujeres víctimas del terrorismo de Estado, el arte retomó el caso.

Las obras de Aldabe integraron una obsesión de lo referido a la memoria, pero no abandonaron la idea de futuro. La artista captó la energía de los objetos y sobre todo, la energía de los objetos que estuvieron en contacto con la mujer desaparecida que trajo a esta exposición. Así generó constelaciones de signos que imaginaron el futuro.

Si pensamos en Uruguay, esta reconexión pareció una utopía.